Científicos japoneses de la Universidad de Yokohama han logrado por primera vez crear espermatozoides en un laboratorio. Aunque por el momento solo se trata de células de testículos de ratón, este acontecimiento podría combatir la infertilidad masculina. Los resultados del experimento se publican en la revista Nature.
Los científicos, liderados por Takehiko Ogawa, explicaron que la producción de esperma, o espermatogénesis, es un proceso largo y complejo que es difícil de reproducir artificialmente.
Sin embargo, tras numerosos experimentos el equipo de investigadores ha creado un sistema de cultivo orgánico que puede iniciar el proceso completo de espermatogénesis en las células progenitoras de espermatozoides de los ratones fuera de los testículos. Todo el proceso se realizó en 42 días, casi el mismo tiempo que necesita la misma naturaleza.
El esperma obtenido y los espermatozoides producen ratones sanos y fértiles. Para demostrar que el esperma podría funcionar a largo plazo, los japoneses congelaron una muestra de un testículo durante semanas y después realizaron el experimento.
Una vez esta técnica sea aplicada en humanos podría significar un avance en la batalla contra la infertilidad masculina. Podría ser útil tanto en varones adultos como en niños que puedan quedar estériles tras el tratamiento de un cáncer, ya que existiría la posibilidad de hacer una biopsia del testículo y congelar el tejido antes de comenzar con un tratamiento oncológico y preservar así su fertilidad.
Sin embargo, algunos científicos como Allan Pacey, profesor de Andrología de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), creen que se debe tomar con cautela el hallazgo porque hace falta mucho trabajo antes de que se pueda aplicar en humanos.
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Blastocitos calentados mejoran posibilidad embarazo
Con el uso de blastocitos vitrificados/calentados, la tasa de embarazo e implantación es más alta que con los blastocitos frescos, por lo que debería ser la práctica de rutina, según un estudio.
"La combinación de la vitrificación y la transferencia de blastocitos humanos revoluciona los tratamientos de reproducción asistida", dijo el autor principal de la investigación, el doctor Guo Qing Tong.
La mayoría de las pacientes (entre el 60 y el 70 por ciento) logra un embarazo clínico luego de obtener un ovocito si tienen blastocitos adicionales vitrificados, precisó el investigador chino.
Según el equipo de Tong, del Primer Hospital Materno Infantil, de la Universidad Tongji, en Shanghái, suele pensarse que se obtienen mejores resultados cuando se transfieren embriones frescos en lugar de embriones congelados/descongelados o vitrificados/calentados.
De acuerdo a lo publicado en Fertility and Sterility, el equipo comparó los resultados en 80 mujeres tratadas con inyección intracitoplasmática de un espermatozoide: 48 con 136 ciclos de transferencia de blastocitos (TB) vitrificados/calentados y 32 con 110 ciclos de TB frescos.
La tasa de implantación fue del 37 por ciento en el primer grupo y del 25 por ciento en el segundo grupo, una diferencia significativa. Lo mismo ocurrió con la tasa de embarazo: 55,1 por ciento versus 36,4 por ciento.
La tasa de embarazos múltiples fue similar (40 por ciento versus 37,5 por ciento), así como también la de abortos espontáneos (12 por ciento versus 10 por ciento). En 14 pacientes con transferencias de embriones frescos y calentados, la tasa acumulativa de embarazo llegó al 86 por ciento.
Aun tras considerar que sólo el 85,7 por ciento de los blastocitos sobrevivió el proceso de vitrificación/calentamiento, "los resultados son comparables, sino superiores, a los obtenidos con los ciclos de TB frescos", escribió el equipo.
Los resultados son mejores que los de estudios previos, que habían utilizado protocolos convencionales de enfriamiento lento en lugar de la vitrificación más moderna y efectiva.
El equipo sugirió que este avance "se debería a la receptividad endometrial y la sincronización mejorada entre el embrión y el desarrollo endometrial en los ciclos de ovulación natural versus los ciclos simulados".
Además, influiría "la separación de embriones de baja calidad que realiza el mismo proceso de criopreservación", agregó.
"Debería prestarse más atención a la receptividad endometrial que a la calidad embrionaria", opinó Tong, añadiendo que la vitrificación no eleva el costo, sino que por el contrario lo disminuye debido a que el procedimiento no demanda un equipo costoso.
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